10 CONSEJOS PARA HACER CHURROS PERFECTOS Y QUE NO EXPLOTEN
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Churros |
- La proporción de agua y de harina es clave a la hora de conseguir que la masa adquiera la consistencia adecuada. Por norma hemos de usar la misma cantidad de agua que de harina. No obstante esto puede variar dependiendo de la marca de harina que compremos, de la humedad del ambientey otros factores climáticos que se escapan de nuestro control. Por es conviene hacer pruebas varias de proporciones o probar distintos tipos de harina que demos con la que funciona para nuestros churros.
- Aceite en la masa ¿sí o no? Al igual que ocurre con las proporciones de agua y harina, el tema de añadir aceite a la masa es algo opcional. Cada maestrillo tiene su librillo y hay gente que lo añade y gente que no. El aceite ayuda a hacer la masa más maleable y esto es de agradecer cuando trabajamos la churrera y queremos que salga la masa, que es bastante dura y cuesta manejar. Si nos decantamos por usar aceite, mejor que sea de oliva virgen extra. Una cucharada por cada 250 gramos de harina y 250 gramos de agua sería suficiente, aunque podemos subir hasta una cucharada y media. No más.
- Hay que seguir la receta al pie de la letra. Si esta reza "llevamos a ebullición agua, aceite y sal" tenemos que llevar a ebullición esta mezcla. No basta con calentar. No. Tiene que hervir. Lo mismo con la harina, hay que tamizarla para que escalde al añadir el líquido hirviendo sobre ella. Con esto la pre-cocinamos y evitamos que nuestros churros, si los freimos correctamente, sepan a harina cruda.
- El punto de mezclado y amasado es importante. No subestimar. Si no conseguimos una masa homogénea los churros se deformarán con la fritura y, pero aún, explotarán en el aceite. Por ello es genial usar una amasadora mecánica, pero si no disponemos de una hacemos el proceso a mano. Comenzamos con una cuchara de madera o de silicona y mezclamos, mezclamos y mezclamos hasta homogeneizar. La masa está muy caliente (le hemos echado agua hirviendo así que la temperatura ronda los 100ºC), pero en cuanto podamos manipularla con las manos, nos las engrasamos con una pizca de aceite virgen extra y amasamos a mano. Buscamos una masa lisa y suave, en cuanto alcancemos este punto dejamos de amasar.
- Rellenamos la churrera con ella, apretando bien para que no queden burbujas de aire en el interior, de lo contrario nuestros churros explotarán al freir y terminaremos poniendo la cocina hecha un cisco, con aceite y masa por todos lados. Por no mencionar el peligro que corremos nosotros mismos de quemarnos. Si no tenemos churrera podemos usar una manga pastelera con una boquilla de estrella.
- El aceite de la fritura ha de estar bien caliente y ser abundante. No racanear a la hora de llenar bien la sartén, los churros tienen que flotar en él. Si nos da por ahorrar nuestros churros estarán igualmente ricos, eso seguro, pero la forma de estrella saldrá rara y no lucirán tan bonitos como debieran.
- Mejor si usamos aceite de oliva virgen extra. Sí, lo sabemos, es más caro que cualquier otra variedad usada tradicionalmente para fritura, pero es que el aceite de oliva virgen extra le da al churro un sabor inigualable que no se consigue con ningún otro.
- Para que el aceite se mantenga caliente, no llenamos la sartén de churros por eso de terminar cuanto antes. Con ello sólo conseguiremos que baje la temperatura y que absorban demasiado aceite. Así que mejor de tres en tres, cuatro o en cuatro o el número adecuado para la capacidad de nuestro recipiente.
- Durante el proceso de fritura, volteamos los churros para que se doren por todos sus lados por igual, la masa se cueza bien en el interiory adquieran esa textura crujiente que tanto nos gusta de los churros.
- Por último, al retirar los churros de la sartén los dejamos reposar un par de minutos sobre papel absorbente para que no queden grasientos y, por supuesto, los pasamos por azúcar. Esto último le da a nuestros churros el toque crujiente y dulzón que les falta para convertirse en los churros perfectos.
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